
“Es necesario dar herramientas para poder comprender los resultados de una peritación o el porcentaje de error que puede tener una prueba científica. Son cuestiones útiles que permiten, a la hora de leer una pericia o escuchar un perito experto, tener las herramientas necesarias para preguntar las cosas idóneas”
¿Cómo se teje la colaboración entre un laboratorio de investigación en neurociencias y una organización dedicada a liberar personas encarceladas por crímenes que no cometieron? El trabajo de análisis de casos desarrollado por Innocence Project Argentina incluye, en muchas oportunidades, tener que navegar por temáticas desconocidas para los abogados, lo que nos lleva a contactar a expertos en diferentes áreas de la ciencia que acerquen sus saberes al mundo del derecho penal.
La labor realizada por el Laboratorio de sueño y memoria (1) en el campo de las neurociencias nos ha permitido vislumbrar falencias graves en ciertos procedimientos usados dentro del sistema de justicia, como las ruedas de reconocimiento y las entrevistas a testigos o víctimas.
Pero además, en la interacción constante con científicos/as de distintas áreas, empezamos a entender la urgencia de una “alfabetización científica” que nos permita reconciliar disciplinas con objetivos y métodos diferentes: el Derecho y la Ciencia.
Para encarar la complejidad de estas temáticas decidimos entrevistar a Matías Bonilla y Candela León. Ambos son licenciados en psicología, becarios doctorales del Conicet y parte del equipo del Laboratorio de Sueño y Memoria, un espacio que -bajo la batuta de la doctora Cecilia Forcato (2)- está transformando y complejizando nuestros conocimientos sobre cómo reconocemos y recordamos rostros.
¿Cómo funciona la memoria? ¿Es posible crear falsas memorias e introducirlas en la mente para que sean percibidas como reales? Matías investiga este tema y su relación con diferentes variables como la edad, la personalidad, los estados anímicos y la calidad del sueño. Candela, por su parte, enfoca su trabajo investigativo en la relación entre memoria y farmacología, evidenciando cómo diferentes sustancias afectan la formación de falsas memorias y cómo impacta ello en el ámbito judicial.
IP: Hablemos un poco del trabajo reciente realizado por ustedes en el Laboratorio de Sueño y Memoria.
Candela León: Empecemos por decir que hay temas o áreas de investigación dentro del ámbito científico que están bastante alejadas de la práctica. Después, tenemos ciencias como las que hacemos nosotros, ciencias del comportamiento, donde uno sí está un poco más relacionado con la vida real.
Matías Bonilla: Nos interesa que lo que investiguemos sea extrapolable a la sociedad. Si uno hace un experimento que solo se puede realizar en un determinado espacio, con una determinada maquinaria, con determinados procedimientos, pero eso después no se puede llevar a cabo en una comisaría, los resultados pueden estar buenísimos pero no sirven de nada; y es una lástima. Así que algo que, al menos nosotros, nos preguntamos es, ¿sirve de algo saber esto? ¿Sirve de algo gastar esta cantidad de recursos, tiempo y personas en este conocimiento o no?
CL:En el laboratorio pensamos preguntas dentro del campo de la memoria que puedan ser aplicadas y cuyas respuestas sean útiles para la sociedad, es decir, pensar preguntas en nuestro contexto, con nuestras problemáticas, entendiendo nuestra lógica latinoamericana, que no es la misma que la de Estados Unidos.
MB: Nos interesa que exista evidencia en la que después se puedan apoyar los diferentes actores de la justicia para tomar decisiones y que puedan contar con publicaciones argentinas.
Así, por ejemplo, una de las líneas de investigación que trabajamos es cómo se comportan los diferentes rangos etarios en la población a la hora de realizar reconocimientos faciales. Esto se vio muy modificado por la pandemia, los niveles anímicos -más que nada de ansiedad y depresión- cambiaron. Sobre todo en adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes, modificando la memoria de reconocimiento. Antes nos encontrábamos con que las personas menores de 30 años tenían una mejor performance en los reconocimientos faciales. Esto, que es propio de la edad, se perdió o se vio modificado en detrimento, siendo ahora muy similar a la performance de adultos mayores, que siempre solía ser menor o estaba disminuida. Este es uno de los hallazgos y estamos viendo que se está replicando internacionalmente, así que es muy interesante.
CL: En mi caso, yo investigo sobre farmacología y este año pude trabajar con benzodiazepina, uno de los fármacos más consumidos por la población en pandemia, pues aumentó muchísimo el consumo de hipnóticos para dormir y para la ansiedad. Entonces pensamos: ¿qué pasa cuando se toman benzodiazepinas antes de un hecho delictivo? ¿Qué pasa cuando se toman después? ¿Qué pasa cuando se toman antes de un reconocimiento? Como resultados preliminares observamos que un posible efecto es que perjudican el reconocimiento cuando no está el perpetrador -culpable- presente. Muchas veces puede pasar que en la rueda de reconocimiento no se tenga al culpable, que no esté ahí y que aun así el testigo intente discriminar entre la persona que le robó y alguien parecido, pero que no es el culpable. Todavía no está cerrado ese experimento pero vemos como resultado preliminar que, quizás, el consumo de benzodiazepina puede perjudicar esa memoria.
IP: ¿Cómo ven desde el Laboratorio de Sueño y Memoria al ámbito de la investigación penal?
CL: En nuestros primeros acercamientos teníamos ciertas ideas formadas, prejuicios, hasta que empezamos a ver cómo funcionaban las cosas, hablamos con abogados defensores y gente del área. Lo primero que percibimos fue un gran desorden. Es muy difícil diagnosticar cuáles son los problemas o falencias y esto tiene que ver con la falta total de procedimientos controlados. Además, si hay avances o si se empieza a gestionar la modificación de protocolos, se llevan a cabo en una sola provincia o en una región particular.
Algo que siempre nos da mucha curiosidad, por ejemplo, es que casi todos los procedimientos que se llevan a cabo no sean grabados con videocámaras. Muchas veces no se permite la entrada de dispositivos para filmar; eso es una lástima.
MB: Cada vez que alguien se contacta con nosotros desde distintas provincias nos cuenta algo diferente. Cada provincia hace las cosas de una manera distinta, entonces es muy difícil dar lineamientos cuando cada caso es particular.
CL: Con respecto al área en lal que trabajamos nosotros, que es la memoria, muchas veces nos encontramos con que se manipula la memoria de un testigo a lo largo del proceso judicial. Desde el primer policía que toma el testimonio hasta todas las personas que van a estar escuchando la memoria de ese testigo. Todo el tiempo van a estar trabajando con el tema de la memoria y es necesario que sepan cosas básicas, entender cómo funciona para tomar ese testimonio de la mejor manera posible, para no contaminarlo.
MB: Habría que ver la forma de reducir lo más que se pueda esa contaminación porque va a existir, no se va a poder evitar. Si el que tiene el primer acercamiento con ese testigo puede manipularlo menos, ya nos estamos guardando para que el día de mañana no se ponga en duda el testimonio de ese testigo.
Así que el tema es tener claro cómo se lleva a cabo el reconocimiento; cómo presentar a los sospechosos en el reconocimiento; cómo dar la instrucción en la toma de testimonio de un testigo de un hecho delictivo; saber cómo se hacen las preguntas para que no sean sugestivas, que sean lo más abiertas posible, que recopilen la mayor cantidad de información disponible. Entender el primer acercamiento a un reconocimiento o un testimonio es vital, ya que después puede ser contaminado por diferentes factores como los medios de comunicación, el diálogo con otras personas sobre el hecho, etcétera.
CL: Hoy por hoy hay muchísima evidencia en muchos papers que van analizando qué es lo mejor para que este tipo de procedimientos se lleven a cabo. Y la verdad es que al menos en este país, que es donde nosotros trabajamos, no se hacen las cosas basadas en evidencia, se hacen como pinta.
IP: ¿Y cuáles serían los primeros pasos para mejorar esta situación?
MB: En general, una primera acción importante es educar a las diferentes áreas de la justicia con lo que es básico en el procedimiento científico, para que puedan entender por qué es importante que se lleve a cabo y que se respeten esos procedimientos. Además, es necesario dar herramientas para poder comprender los resultados de una peritación o el porcentaje de error que puede tener una prueba científica. Son cuestiones útiles que permiten, a la hora de leer una pericia o escuchar un perito experto, tener las herramientas necesarias para preguntar las cosas idóneas.
También nos parece importante que se utilicen manuales protocolizados que ya existen a nivel internacional, que estipulan cómo llevar a cabo procedimientos -como un reconocimiento o una entrevista a un testigo- y que solo deberían ser adaptados a la Argentina.
Por ejemplo, en el caso de toma de testimonio de niños que fueron abusados sexualmente, ¿cómo se hace esa toma de testimonio? Hay protocolos de organismos internacionales, como UNICEF, que se dictaminaron hace muchos años para llevar a cabo las entrevistas. Son súper detallados, muy didácticos, te explican paso a paso cómo hacerlo. Y acá en Argentina no se utilizan o se utilizan en muy poca medida.
IP: Según lo que han podido estudiar, ¿qué cambios sugerirían para la realización de ruedas de reconocimiento?
CL: En el caso de las ruedas de reconocimiento, uno de los protocolos que tiene más consenso en estos procedimientos es el del doble ciego. Es decir que la persona que va a guiar la rueda de reconocimiento no sepa quién es el sospechoso. Así, quien está haciendo el reconocimiento no tiene ningún indicio.
Además, es importante que la elección de los rellenos de la rueda de reconocimiento (las personas no sospechosas que se paran al lado del sospechoso) se haga de cierta manera, no puede ser a ojo. Hay casos judiciales que tienen ochenta mil pruebas en contra de alguien y la rueda de reconocimiento es una prueba más. Pero, a veces, es solamente el testigo ocular lo que se tiene y va a ser una prueba fundamental para llevar a alguien a la cárcel. No puede ser que vayan y agarren a cinco personas que están por ahí, solo porque tienen la misma edad de la persona sospechosa. Eso no es generar parecido. Tienen que ser parecidos en muchos aspectos de su fisonomía, esa persona que está ahí tiene que tener las mismas posibilidades de ser elegido que el resto.
Otro tema es la exposición de los supuestos culpables previo a las ruedas de reconocimiento oficiales, por ejemplo, en los medios de comunicación. El hecho de que salga la cara del posible sospechoso antes de que la persona haga el reconocimiento oficial es un factor de contaminación grandísimo. Estás enturbiando la memoria del testigo y después eso puede favorecer que elijan a una persona que no es.
- https://www.labsuenoymemoria.com/
- Cecilia Forcato se graduó de Licenciada en Ciencias Biológicas en la Universidad de Buenos Aires. Se doctoró en la UBA en el Área de Ciencias Biológicas. Realizó sus estudios Postdoctorales en la Universidad de Tübingen, Alemania, especializándose en la reactivación y modificación de memorias durante el sueño. Actualmente es Investigadora Adjunta de CONICET y su equipo estudia cómo se forman y modifican las memorias durante el sueño y la vigilia, en jóvenes, adultos mayores, pacientes con Deterioro Cognitivo Leve, Alzheimer y pacientes con Epilepsia Temporal (fuente: https://enys.conicet.gov.ar/dra-cecilia-forcato/)